Casi un aplauso.

La diferencia entre el PSOE y el PP es que unos saben cómo funciona realmente Apaña y los otros no están ni a por uvas.

La foto de hoy en la portada de El Correo de Patxi López con la elite económica vasca
es un cañonazo a la estructura de la obediencia en el País Vasco. Un preciso cañonazo social. Manipulación de arriba abajo bien conseguida. El sistema de navegación social de la gente detecta que los poderes económicos están con Patxi. La señal es clara. Los serviles del PNV se dan cuenta de que la cosa va en serio, de que si quieren seguir con sus privilegios igual tienen que cambiar el signo de su servilismo. Todavía no lo tienen claro pero, de momento se guardarán de mostrar sus constantes exteriorizaciones de adhesión al nacionalismo. Así la presión nacionalista en todas las situaciones sociales baja, disminuye el entusiasmo de todos esos prosélitos que eran básicamente pelotas interesados, el agobiante apostolado de las viejas locas del PNV se tranquiliza… Pones los encuentros sociales a tu servicio, en la cola, en la pescadería en los morning coffees… todas las situaciones de encuentro se adaptan a las nuevas reglas de sumisión. La campaña electoral continua que se produce en estos encuentros y que es una parte indispensable de la estrategia totalista del nacionalismo, gracias a la cual consigue aparecer como un elemento del paisaje, desaparece o cambia de signo. La gente lo detecta, el contagio se extiende…El control de la sociabilidad por parte del nacionalismo se relaja.

Enhorabuena al que se le haya ocurrido. La próxima vez un poco de vino y unas chanzas, para que todos sonrían más. Y a presionar individualmente con chantajes afectivos para que ningún nacionalista cruce los brazos. Que al nacionalismo se le combate con sus mismas tácticas. Deberían ir haciendo lo mismo con todas las elites culturales, sociales, deportivas… Ahora a por el athletic, el mayor instrumento de socialización nacionalista del País Vasco. No sé si es iniciativa del PSE o del propio Correo, pero hay cosas que están haciendo muy bien y hay que decirlo. Igual hasta hay que dejar de llamarle Pachilo. Aunque todavía hay recorrido hasta que él se pueda dignificar totalmente y llamarse a sí mismo Francisco.