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Tuesday, May 13, 2008

El complejo de inferioridad

El complejo de inferioridad

Permalink 25.10.07 @ 13:56:10. Archivado en Sobre el autor

Si hay un complejo de inferioridad es consecuencia de un proceso, principalmente económico. En lo más profundo de vosotros, para vosotros mismos, el vasco es el símbolo del capital y vosotros lo sois del trabajo. Son tantos siglos de privilegios ocupando los mejores puestos en la administración, en la iglesia y en el ejercito que los españoles parecéis tener la superioridad vasca grabada en el instinto.

Es un hecho objetivo, no es que el vasco se considere superior al español, es que el español considera superior al vasco. Y contra esta neurosis es muy difícil convertir al español en aliado de los no-nacionalistas. De hecho resulta mucho más fácil lo contrario, lo que vemos todos los días: el acomplejado español aliado del nacionalista, e incluso diciendo de sí mismo que es vasco.

Tengo que reconocer que tampoco hay mucho vasco capaz de renunciar al status de superioridad que los españoles espontáneamente le conceden. Es más, suelen reforzar su autoimagen vasca para satisfacer a sus aduladores. Casos extremos como ese idolatrado icono del PSE, Mario Onaindia – no le conocía y tal vez esté siendo injusto - , pero al final de su discurso ciudadano siempre encontraba una cuña para un colectivismo de chichinabo, y para no renegar de su pasado terrorista. En esto de la glorificación iba de la mano con sus propios adoradores. Mario Onaindia reforzaba su imagen con toscas camisas rurales, y ásperos jerseys de cuello vuelto hasta hacerlo similar al tópico de rudo, tosco… la imagen sobreidealizada que los españoles tienen de lo vasco: el olentzero. Y los españoles se agachaban a su paso. Era en cierto modo un prisionero del halago, de la imagen que los españoles idolatran. Le daba a la plebe lo que la plebe pedía.

Recuerdo también a Felipe Gonzalez rememorando la figura de Ramón Rubial con palabras que describen al tópico vasco noble, sencillo y tosco. ¿Pero este tipo conoce a los vascos?

En los años en que trabajé en Madrid a mí también me ocurrió. Estaba allí en una ciudad extraña en la que apenas conocía gente. Y me venía una compañera de trabajo y me decía que los andaluces eran unos falsos y que un vasco era un amigo para toda la vida, que éramos gente noble…. y me daba unas magdalenas. Y yo encantado. Es muy difícil renunciar y no aprovecharse de este privilegio que los propios apañoles te conceden.

El español es prisionero de esta imagen del vasco. Y claro, nosotros nos dejamos querer mientras ejercemos de lo que realmente somos: vulgares aldeanos avariciosos. Y aprovechamos la idolatría del español para robarle los cuartos con la navaja del Concierto Económico. La avaricia está en nuestro carácter y en la del español hacer el ridi. Y, por lo que veo nos complementamos perfectamente. Todos contentos. Los únicos que protestan son los catalats. Los catalanes, se lo he escuchado a Pujol bastantes veces, envidian está adoración irracional de los españoles por lo vasco. Y ahora ellos han decidido comportarse como vascos para ver si se convierten en objeto de adoración de los españoles. Pero no. No les va a salir bien. Hay que camuflar mucho las intenciones con discursos etnicistas y a los catalanes se les ve a la legua que a ellos sólo les importa la pasta. El mismo español que es capaz de consentir a un vasco los mayores privilegios tiene al fenicio catalán no como un igual, sino como un inferior.

A ver ¿por qué no nos íbamos a aprovechar de esta patología de los españoles? La avaricia al fin y al cabo es una cosa bastante más natural que el problema profundo que tienen los españoles consigo mismos. Unos tipos con la autoestima colectiva por los suelos.

El español es incapaz de ningún tipo de autoestima porque jamás se ha sentido participe de el propósito colectivo que debería ser su país, España. Y en el fondo envidia a los vascos, su orgullo. Un orgullo del que los vascos carecen pero que como el español lo imagina, nosotros representamos este papel porque nos resulta muy rentable.

*En este mismo sentido de la sobrevaloración patológica de lo vasco… Todavía no se ha estudiado la admiración a un equipo racista que ha existido y todavía existe en toda España: el Athletic de Bilbao. El equipo con más peñas en toda España. Yo aunque no me gusta el fútbol, desde hace años soy del Madrid. Todo sea por chinchar y alegrarme cuando ellos se entristecen.

(Fin de la 3ª parte. Y ahora viene la 4ª que es la más interesante)

Apariencia vasca, esencia española

Apariencia vasca, esencia española

Permalink 11.09.07 @ 15:25:40. Archivado en Sobre el autor

El apañol en el País Vasco es una negación. No es un vasco, sino una continua negación de lo que de español hay en él. Es un no-hombre. Un vascoberri. Un patxi lopez (las minúsculas están justificadas).

El hombre para serlo ha de estar en armonía con el espacio, sí, pero también con el tiempo, con su pasado. Por eso el apañol no es un hombre, no está en armonía con el tiempo, con su tiempo pasado. Vuestra identidad es una impostura porque no asumís vuestro origen y hasta os avergonzáis de él.

Lo peor de todo es que los nacionalistas no sólo han conseguido crear en vosotros un sentimiento de inferioridad, sino una patología mucho más profunda, un sentimiento de inexistencia.

El español en el País Vasco es el resultado de una serie de aberraciones étnicas. El español que quiere convertirse en vasco es un miserable, una aberración que no se acepta a sí mismo. Mientras hay vascos que despreciamos el ombliguismo vasco, el español envidia este narcisismo.

Los apañoles estáis étnicamente subyugados. Y en esto existe una doble responsabilidad. Por un lado es responsable quien se dice de si mismo superior, el nacionalista, pero por otro es más responsable el que admite esta superioridad: el apañol acomplejado. Si yo digo “esta tierra es mía y aquí mando yo.” para ver si cuela y el españolito asiente y baja la cabeza, seguiré eternamente con un truco tan eficaz ante los pusilánimes.

A los ojos del nacionalista, el español carece de capacidad de resistencia a sus chantajes. Sois marionetas en sus manos. En el fondo se descojonan. Los nacionalistas vascos están asombrados de los resultados de su propia estrategia. Jamás creyeron que iban a llegar tan lejos. Jamás creyeron que Rubalkaba se fuese a poner una K en su apellido ni que Txema Montero dirigiría la publicación de la fundación Sabino Arana. Se parten el culo. Y no es para menos. Basta observar a más de uno comportarse como una caricatura, el prototipo de vasco que ellos creen que son. Tanta vasquidad ostentosa en los hijos de emigrantes recién llegados es, como poco, chocante.

En el inconsciente colectivo español se tienen a sí mismos como sucios, impuros, vagos… el mal: lo español, lo inmoral. Os han metido esta idea en la cabeza y luego os han hecho prisioneros de ella. Los nacionalistas han conseguido que a tus ojos españoles, lo vasco sea la virtud y lo español el pecado. Cuando consiguen que tú mismo te veas como enfermo, como sucio, como portador de algo reprimible sólo queda una solución: deshacerte de tu origen, de ti mismo, e inventarte un nuevo origen. Un nuevo ser en el que nunca encajarás. Porque se trata de eso. Tu equilibrio, tu personalidad quedan destruidos. Tu hispanidad quedará dormida en el inconsciente. Y en el fondo siempre te considerarás un ciudadano de segunda categoría que tiene que sobredimensionar su fidelidad al que decide qué es lo vasco. Te convierten en su instrumento. En ocasiones hasta de matar. Ahí está un tal De Juana Chaos con sus 25 muertes para ganarse una vasquidad imposible.

Pero ¿no ves la lógica tramposa que te han incrustado en tus sesos y que tan sumisamente has aceptado? Con esa lógica siempre pensarás contra ti mismo, siempre te sentirás culpable y serás manipulable. Con esa escala de valores no queda otra cosa que la negación de ti mismo, la continua vergüenza por ser lo que eres.

Para el nacionalista que tú seas español o chino le da igual. Jamás te aceptará. Pero para él es importante que tú le creas, que creas que para conseguir la virtud étnica, es esencial que lo que hay de español en ti desaparezca de tu conciencia. Porque así se te manipula. Te manipulas tú solito porque tendrás que mantener un constante combate contigo mismo, con tu origen. Pero eres tú el idiota que has aceptado ser un problema.

Se te ha acomplejado. Y reconócelo ha sido fácil. Demasiado fácil.

Sois tan entrañables cuando os cambiáis los apellidos, los nombres, os anilláis las orejas. Pero nunca os aceptarán. Porque si os aceptarán os sentiríais iguales, y entonces el truco dejaría de funcionar. Se trata precisamente de teneros siempre con la lengua fuera, tras una zanahoria imposible, lo que los nacionalistas deciden en cada momento en qué consiste “lo vasco”.

Así os mantienen en continuos ejercicios espirituales étnicos. Se trata de que admitáis la sumisión a los usos sociales que ellos deciden, y admitiendo esto, admitís la jerarquía social implícita.

El español debe de dejar de mirar a lo vasco como modelo y mirar a lo universal. Para construir una hispanidad democrática, carente de valores étnicos, pero sois incapaces. Incapaz de defenderte a ti mismo te empeñas en personificar a otros, en disfrazarte, en ocultarte, en ser lo que no eres. Es imposible que se conviertan en vascos y sus esfuerzos diarios sólo les traerán frustración, sumisión e infelicidad. En cambio, en lo universal podrá aceptar lo que de español hay en él sin complejos. Sólo será completo en lo universal. Donde nos encontraremos todos. En lo universal tu hispanidad no es un problema, no es un estigma, no es un trauma vergonzante. Sólo en lo universal tu esencia hispana es aceptada.

Sin tu pasado español, sin tu memoria jamás podrás ser feliz porque tu humanidad, sin esa parte de ti, jamás estará completa. Te has castrado, te has amputado tú solito tu hispanidad y tu humanidad.

(Fin de la 2ª parte, fin de la 2ª parte y ahora viene la 3ª que es la más interesante)

A un emigrante español (1ª parte)

A un emigrante español (1ª parte)

Permalink 03.08.07 @ 14:18:34. Archivado en Sobre el autor

(Quiero comentar una cosa desde la intuición y desde la más absoluta sinceridad. Sin contemplaciones. Sé que no lo admitirías de otra manera. Te aviso, ha quedado brutal. Es lo más cruel y más cierto que he escrito en mi vida. Aunque no sé si será “La Verdad”, es “mi verdad”, en pelota picada, tal y como la he vivido. Espero que lo entiendas como quiero que lo entiendas.)

Cuando a alguien se le reprime como se ha reprimido aquí a los españoles, cuando se les hace sentir acomplejados y culpables de haber nacido fuera, es normal caer en la trampa del asimilacionismo y adoptar los nuevos signos, Aitas, Aupas, Garikoitz, Donostis, lauburus… para socializar en las nuevas reglas de conducta con las que han sido reprogramados.

Primero se os amenazó, se os hizo sentir culpables, y luego os dieron la receta para que os curaseis: la obediencia a las reglas de la asimilación que ellos establecían. La asimilación en sí no era lo importante, lo importante era y es la obediencia. El respeto a lo que ellos deciden qué es lo vasco. Y la jerarquía que ello supone.

La ciudadanía, la vasquidad, era así una condición otorgada que había que ganarse en cada suspiro para demostrar el cumplimiento de los dictados nacionalistas. Un favor que os hacía esa supuesta aristocracia etnicista a la que os habéis sometido y que no es más que una pandilla mafiosa. Y mientras que los que carecíamos de “culpa”, los “vascos”, veíamos el truco, vosotros se lo agradecíais. Estabais encantados. Algunos alucinábamos con la sumisión que demostrabais y hacíamos lo imposible para intentar romper la apariencia de uniformidad que os imponían.

Los Jesús se llamaron Yosu, los José Ramón, Txerra y luego Erramun, los Luis, Koldo… Los Lopez se llamaron Loperena, los Hernandez, Ernandorena, los garcía Gartzia. Y empezamos a escuchar nombres cada día más ridículos, entre los manipulables por la culpa: los ESPAÑOLES acomplejados que tenían que compensar el estigma de su españolidad y los FRANQUISTAS que tenían que compensar su pasado o el de sus padres. La gente que observaba este fenómeno cotidiano empezó a preguntarse: ¿qué les pasa a estos apañoles?

Es una enajenación peligrosa. Se ha cometido un crimen sobre el emigrante. Se le ha deshumanizado. Se le degrada para que deje de ser un hombre; para que la vergüenza y el miedo quiebren su carácter, para desintegrar su persona y manipularlo mejor. Es una técnica muy vieja. Se les mete culpa luego se les manipula y se les reprograma. Se os dijo que erais una mierda y vosotros asentisteis. Al fin y al cabo erais españoles y nunca os habéis sentido gran cosa. A los emigrantes se os humilló. Se os obligó a un mimetismo nauseabundo. Se os castró el orgullo – nunca tuvisteis demasiado - y cumplisteis al pie de la letra las “recomendaciones” de los nacionalistas para integraros.

A los emigrantes se les marcó en la frente con hierro candente los principios del etnicismo y la sumisión a los locales, se les introdujeron en la boca mordazas de frases hechas, los convirtieron en seres falsificados. En mentiras vivientes. En travelos étnicos. Sigue ocurriendo. Lo veo todos los días. Cada vez que un español renuncia a su Papá para pasar al Aita está aceptando una intromisión ilegítima en su individualidad y reconociendo que él es un problema, que su españolidad es un estigma. Al renunciar a las palabras que tienen sentido emocional para él acepta someterse. Por eso el Aita de un apañol suena tan sospechosamente parecido a un “Sí, Bwana”.

¿Qué español consciente se dedicaría a matar a todo lo bello y propio, todo su origen, sus raíces, su españolidad con el único fin de convertirse en vasco? En vasco tal y como los nacionalistas lo han decidido. Esa caricatura que ni es vasca ni es na.

Aceptasteis lo español como estigma. Y vosotros mismos os metisteis el escalpelo de la culpa y os rebanasteis la memoria, con una sonrisa. Vosotros mismos aceptasteis que estabais enfermos, que vuestro ser, vuestro origen, era una enfermedad curable con las recetas nacionalistas. Mientras otros hacíamos el camino contrario, para deciros, que no, que os estaban manipulando. Y nos mirasteis con desprecio y nos llamasteis ¡Españolazos! Preferisteis al nacionalista, y os aplicasteis concienzudamente a negaros a vosotros mismos y a practicar el Garikoitz, el Donosti y el eslogan. Os redujisteis. Os convirtieron en una caricatura y aceptasteis encantados.

Les explicaron que su pasado, su memoria… su ser no se ajustaba a la nueva verdad de la vida: lo vasco. Los convirtieron en monstruos. Siguen haciéndolo. Y todo esto lo han hecho hablando de la “identidad.” ¡Vaya burla! No sólo han extirpado al español que vivía en cada uno de vosotros, con ello os han amputado vuestra humanidad. Una exquisita lobotomización étnica. Un asesinato. Se les ha extirpado una parte importante de ellos mismos. En términos de psiquiatría, están "traumatizados. A los españoles los sitúan en una contradicción insoportable que, tarde o temprano, todos pagaremos: odian lo que son. Mira a Javi Clemente, un zamorano comportándose tal y como le han dicho que se han comportado siempre los vascos, haciendo el ridículo cada vez que abre la boca, empeñado en demostrar que es lo que no es. ¿Cuántos españoles ves cada día en la calle haciendo lo mismo, convertidos en ridículos apañoles?

La justificación de este aristocratismo vasco, la condición cacique del localista, del originario… el vasco como superior es una neurosis introducida y mantenida por los nacionalistas entre los emigrantes, con su consentimiento. Con viejísimas técnicas de manipulación. La vergüenza que el maqueto siente hacía sí mismo es una técnica de dominación que, como siempre, está basada en la humillación.

A mí me interesaría muchísimo que un psiquiatra me explicase las consecuencias psicológicas de un etnicismo tan avasallador para el que aquí lo padece, el que es repetidamente obligado a la asimilación y la castración de lo propio: el español.

En el País Vasco hay una violencia estructural sobre los españoles y sobre los vascos a los que quieren reducir a una caricatura. Y esto, cuando se descubra el truco, va a terminar muy mal. Para entonces, espero haberte hecho caso y haber emigrado.

De cualquier forma, un más que respetuoso saludo.

* No sé si tu caíste en cierta trampa psicológica que acabo de describir, ni si practicaste el asimilacionismo que se te exigía. Pero sospecho que sí, porque ahora me echas la culpa a mí cuando hablo de estas cosas y te ofende descubrir que te engañaron y fuiste traicionado por los tuyos. Se te dijo que tenías que hacerlo, que tenías que hacerte el campechano, llamar a tus hijos no sé cómo y hablar de tal manera, y vestir, y decir ciertas frases clave nacionalista que pasan por una ideología pero que no son más que una colección de eslóganes para practicar el no-pensamiento. ¿Ahora me echas la culpa a mí de que obedeciste? ¿Es esta la causa de tu enfado? Seguramente esté equivocado y tú no te hayas asimilado ni renunciado a lo tuyo. También seguramente me estaré pasando de listo como suele ser habitual, pero tu reacción me dice que quizá, que puede.

¿Por qué si no te enfadas conmigo? Te enfadas porque no puedes permitirte creer que te robaran la voluntad en un Donosti, en un Garikoitz, en un Egun on, que el virus del gregarismo te fuera inoculado a través de algo con apariencia tan inocua como un uso social. No puedes asimilar que te hayan manipulado - ¡y tanto! - con un truco tan tonto. Ni que te lo recuerden cada vez que ves los nombres que pusiste a tus hijos. Claro, como la verdad es demasiado dura, y tú no aceptarías eso de ti mismo, estás obligado a creer que yo soy un idiota.

(Fin de la 1ª parte… y ahora viene la segunda que es la más interesante)

El Poseidón

El Poseidón

Permalink 09.07.07 @ 15:03:04. Archivado en Sobre el autor

"Érase una vez un príncipe bueno
Una bruja horrible
Y un pirata infame.
Y había también un lobito malo.
El que maltrataba a todos los corderos.
Todas estas cosas había una vez
Cuando yo soñaba España al revés."

No sé si alguna vez se han preguntado ustedes las divertidísimas variantes que surgirían de la metáfora de la caverna si Platón hubiese sido algo gamberro y le hubiese puesto a su cavernícola colgado del revés. ¿Y si además le hubiese dado la vuelta a la cueva?

Tampoco sé si alguien recuerda La Aventura del Poseidón. Sí, ya saben, aquel barco dado la vuelta en el que los supervivientes para salir a la superficie y salvarse tenían que salir por la panza. Con el barco en posición invertida resultaba difícil guiarse, la izquierda era la derecha, para subir tenían que bajar y quien dentro del barco creía tener una visión adecuada era porque estaba haciendo el pino. ¿Les suena familiar?

Ven, Platón era un simple. España es mucho más divertida.

Lo de la cavernita y sus sombras es una pamema comparado con el pensamiento enrevesado del apañol y la imagen correcta que les da la proyección de su cerebro invertido. Esa complaciente foto fija que conocemos como pijoprogresía. Es fácil, lo consiguen gracias a su tradicional forma de despensar y argumentar contra sí mismos, tanto que, como dice Pilar Ruiz, hasta utilizan las palabras al revés.

La foto que su cerebro invertido obtiene de una realidad invertida a él le parece estupenda. Así, nuestra vicepresi de la Vega puede competir con Imelda Marcos, tan campante, sin suscitar la más mínima crítica de la izquierda. Y si la derecha dice algo, le llaman machista. Ya ven, a través de un poseidoniano razonamiento el feminismo sirve en España para justificar la ostentación, la opulencia y el derroche de los millonarios de la "izquierda". ¿Alguien lo entiende?

Del mismo modo, un tipo como Sarda, con sueldos multimillonarísimos, que ha acumulado un capital inmenso, un conocido tirano y explotador, experto en humillar a sus empleados y tenerlos todo el día acojonados, una prima donna vanidosa hasta el extremo, se permite llamar a otros fascistas y se considera a sí mismo como un tipo guay y de izquierdas. Manel fuentes con sueldos de unos cuantos millones de euros se tiene como Sarda por un majete de izquierdas. El jatorrismo ha invadido España. Y el españolito traga. Sarda se permite reírse de todo lo español y jamás ha dicho una palabra de burla hacia la Cataluña fascista de nuestros días, ni hacia éste triste País Vasco en el que cada día hay más idiotas que parecen utilizar el mismo molde que usó Javi Clemente para hacerse el vasco sin serlo.

Una supuesta roja como La Bardem reclama, y consigue, que paguemos una cuota por los CD y DVD virgen correspondientes a los ultracapitalistas derechos de autor. Ni Eisenstein ni Pudovkin, ni Lenin vieron un duro por estos Derechos de Autor que sí hicieron multimillonario a Adolf Hitler. Torrente se permite llamar chorizos a los que compran a los negratas del top manta porque le escatiman una parte de sus multimillonarios ingresos correspondientes a su capital invertido. Y esto le califica como lo que es, un capitalista. Los progres, gracias a su ideología, consiguen que sus acciones no les definan. Son caballito blanco.

España es el único lugar del mundo donde los progres tienen bula. Pueden ser capitalistas sin dejar de ser progres oprimidos. Un chollo porque esta peña tiene todos los beneficios de la riqueza y la tranquilidad de conciencia y ausencia de culpa de la izquierda. Como se entere Bill Gates deja la cosa esta de la caridad y se viene a vivir a España, a hacerle los coros a Sabina, a irse de manifa con Madrazo, Ana Belén y el Rey Midas que para entonces ya habrá aprendido a insultar a Aznar, contra quien, como en todos los países comunitaristas parecen haber dictado una fatwa. España resulta una especie de paraíso espiritual en el que hacen rebajas en la conciencia. Aquí los progres no fiscalizan.

El español es un falso infeliz. Un idiota que disfruta pensando que es un desgraciado y que tiene todo para ser feliz salvo su empeño en ver lo contrario. Los apañoles están enganchados al victimismo. Les angustia la felicidad. Huyen de todo tipo de satisfacción, sólo de forma teórica, claro. Unos artistas a la hora de mentirse a sí mismos.

El españolito es incapaz de analizar su propia realidad de una forma medianamente objetiva. Ellos quieren que los lobos sean buenos, las brujas guapas y los corderos unos matones. Pero ocurre que casi siempre las cosas son como son. Nadie, ni siquiera un españolito, se compra un playboy de brujas, y menos de esos olentzeros femeninos que por aquí pululan. Y tampoco se sabe de ningún pobre lobo que haya sido devorado por feroces corderos.

En el Poseidón, como en España no hay quien se aclare. Me descojono yo de la caverna de Platón, del bosque de Pulgarcito y hasta de Teseo y su laberinto con Minotauro. ¡Pan comido! Y también me río de los dragones medievales, de los tiburones de 12 metros y de las invasiones extraterrestres. Valiente chooooorrada.

Incluso la aventura del Poseidón me parece un reto blando, porque sólo luchaban contra los elementos, nosotros tenemos que vérnoslas con el que es, sin duda, el más terrible de los monstruos. Nuestro laberinto está habitado por un monstruo de verdad. Porque nada hay más tremebundo que los idiotas. Y parece que nos han tocado en su variante más letal: los de buena voluntad. El reto no deja de ser tentador. Nuestra tarea es doblemente épica porque mientras los elementos naturales siguen unas reglas invariables, la estupidez es impredecible. Y si salimos de ésta, los cronistas escribirán una épica del ridículo digna de competir con las grandes mitologías: La Historia de Apaña.

Yo creo que en una realidad de panza como la que nos ha tocado en suerte lo mejor sería encontrar unos dirigentes capaces de guiarse por los vericuetos de esta lógica invertida. Y no necesitamos ni un Hércules, ni un Ulises, ni a Superman. Porque, por mucho que pienso entre todos los personajes conocidos, reales o no, sólo encuentro a alguien lo suficientemente capacitado para esta inmensa tarea. Solo él podría guiarnos en esta maraña absurda. El hombre imprescindible. Nuestro líder. Groucho, te necesitamos.

Que nadie lo niegue, España es el laberinto más fascinante.

Saludos varios

Cena en euskera

Cena en euskera

Permalink 19.06.07 @ 15:45:43. Archivado en Sobre el autor

La viví el otro día en un restaurante de un pueblito del pirineo aragonés desde una posición privilegiada: la mesa de al lado. Entró un grupo de adultos de unos 60 años, 3 ellas y 2 ellos, de estos que se empeñan constantemente en demostrar que son majetes, sencillos y naturales. O sea, el estereotipo de vasco que les han vendido y que tan bien representan.

Su entrada no fue precisamente discreta. Habían reservado mesa a nombre de Euzkadi. Un poco anticuados, Euskal Herria es la denominación actual más ortodoxa. Hablaban algo más alto de lo normal, sobreactuando su condición jatorril. Se veía que lo iban a pasar muy bien. Conversaban en perfecto castellano. De vez en cuando una frase hecha en euskera “noski baietz” para marcar las distancias: somos diferentes. En fin que desde el minuto 1 quedo clara su procedencia y su condición nacionalista militante.

Llevaban todos la misma ropa y las mismas ideas. Inconfundibles señoronas con pelo naranja corto y señores con camiseta de frontón siguiendo la moda de la pasarela olentzero. La gente ni siquiera les miraba con cara de aburridos.

Y llego el camarero a tomarles nota y ¡oh, sorpresa! se dirigió a ellos en un perfecto euskera. Salieron del apuro dignamente. Al fin y al cabo para encargar la cena no hace falta ser de euskalchaindia. Pero se sintieron coaccionados. Sintieron que había alguien que vigilaba sus formas. Y que podían ser descubiertos como impostores. Había que hacer patria. Tenían que subrayar las diferencias, las teóricas diferencias. Y se pusieron el mono de trabajo. Y no, no todos eran impostores. Dos de ellos se recreaban en un euskera de euskaldún zaharra excelente. Y eran, claro, los que llevaban el peso de la conversación.

Una de ellas, la que al principio era más dicharachera, estuvo prácticamente callada todo el rato hasta que intentó retomar el castellano, pero contestándole en euskera el que mejor lo hablaba se lo impidió. Cómo iba a dejar que le quitasen un protagonismo que de otra manera no tendría. Cada vez que nuestra dicharachera intentaba meter baza en la conversación su torpe euskera era inmediatamente corregido por el euskaldun zaharra que recuperaba así el protagonismo. Era su momento de gloria. Y no lo iba a dejar escapar.

De este modo, la pobre optó por limitar su conversación al “babueno, ura mesedez”, mirar la decoración y con envidia a las otras mesas que no tenían nada que demostrar. Deduje que aceptaba el derecho de los demás a incomunicarse en euskera.

Así que de las fluidas conversaciones del principio pasaron a los rígidos “Ba bueno, restaurante hau polita da”. “Ba bueno, nire semea mendian dago”, Ba bueno… El euskera había reducido la conversación a sus límites naturales. Y además había jerarquizado el grupo de una manera antinatural, contraria a la simpatía y los méritos de cada uno. Sólo un mérito tenía peso: el propio euskera que había tomado todo el protagonismo.

Me confieso un mirón. Me sentía un Rodríguez de la Fuente en el medio de la madriguera. Mi curiosidad natural disfrutaba observando al nacionalista fuera de su habitat, como siempre en manada. Observaba a estos tipos rígidos, con una conversación infantil. Al final optaron por estar callados. Su magnifica cena había quedado reducida a una reunión de barnategi.

A los postres estaban escondiendo bostezos, con cara de aburridos, aunque intentando aparentar lo contrario. Había algo heroico, obstinado. Indomables a despecho de su fatiga, del cansancio que tan claramente se pintaba en sus rostros.

Pagaron. La actuación seguía. La secta te obliga a trabajar a todas horas. Aunque les había fastidiado la cena, como buenos masoquistas dejaron al entrometido camarero una exagerada propina. Seguro que les dolió, pero era lo acorde al estereotipo vasco que guía hasta el menor de sus actos. Y se fueron. Según marchaban observé al euskaldun zaharra pasarle por el hombro un brazo blando a la chiquita dicharachera. Sólo entonces deduje que era su mujer.

¡Qué dura, señores, es la ortodoxia!

Desventajas de una actitud pasiva

Desventajas de una actitud pasiva

Permalink 29.05.07 @ 15:22:05. Archivado en Sobre el autor

Es muy curioso que los niños y niñas que ven La Bella Durmiente no se identifiquen con la protagonista, sino con el príncipe que la rescata. ¿Por qué? Porque siempre tendemos a identificarnos con el personaje activo. Nadie quiere identificarse con un personaje al que le ocurren cosas, preferimos identificarnos con alguien que haga que las cosas ocurran. Da igual que el activo se esté equivocando y esté actuando mal y haciendo trampas. Está siendo activo. Y la actividad tiene una ventaja inmensa sobre la pasividad. Un personaje activo que ofrece una posibilidad de actuar, aunque sea inmoral y equivocada, atrae bastante más que un personaje pasivo que tiene razón pero que no se mueve. No hay nada que la gente desee más que le ofrezcan una causa, un relato del que ser protagonista activo.

Y activos están siendo el PSOE y Nafarroa-Bai. PP y PNV están siendo pasivos.

Sé que soy un poco pesado con esto del Relato, pero fíjense ustedes en quiénes han movilizado y a quiénes ha afectado más la abstención. Han movilizado los que regalaban a sus votantes la sensación de estar haciendo algo importante. Lo de Na-Bai ha sido espectacular. Tenían un buen cuento de asalto a una fortaleza, un relato de unión, de entusiasmo, de novedad, como en su momento lo tuvo Ciutadans (¿Un relato desinflado?)

La subida del PSOE en el País Vasco ha sido sorprendente, y más teniendo en cuenta lo que están haciendo. ¿Por qué? Por la misma razón que subió HB durante aquella primera tregua. Hay un apoyo obvio al relato de paz que el PSOE ha construido, al proceso. La gente percibe que el PSOE está siendo activo. La actividad atrae por sí misma. Da igual que sea un relato corrupto, es el único relato activo que ahora mismo hay en el mercado narrativo.

Las ideas tal vez importen a cuatro. Las narraciones movilizan a todo el mundo y sí, como se demostró en la Alemania nazi, también a los cuatro intelectuales.

El PNV ha hecho una campaña descafeinada, están completamente descolocados.

En el PP no es que no tengan ideas, es que no saben contar historias, ni saben hacer a la gente protagonista de un relato colectivo. No saben movilizar. La pachorra de Rajoy quizá, aunque no lo creo, haya servido en El Resto para parecer como moderados y centristas, pero la misma actitud ha sido una trampa en el País Vasco que ha desmovilizado.

El PP no se da cuenta de que cada vez que escribe Konfiantza y Alderdi Popularra, está desactivando su relato, está desactivando los íconos que aglutinan a sus seguidores y utilizando los de sus enemigos o rivales. Tampoco se da cuenta de que cada vez que ante las acusaciones manipuladoras del PSOE que les llama crispadores e inmovilistas intentan demostrar que no lo son… en ambos casos están actuando a la defensiva, yendo a rebufo de las normas que inventan otros, como seres pasivos. Y la pasividad se paga con un precio muy alto en unas elecciones.

Es obvio que tanto al PP como a España les falta un relato aglutinador y trascendente. Nadie quiere ser la bella durmiente, el protagonista dormido de un relato. La abstención, una actitud pasiva, se la han ganado a pulso los que no tenían relato.

De siempre, lo que las gentes hemos querido es que nos cuenten cuentos. Tanto Hitler como Sabino eran magníficos narradores. ¿Para cuando el relato global de una comunidad moral?

La burla del bigotes al enano

La burla del bigotes al enano

Permalink 23.03.07 @ 16:14:56. Archivado en Sobre el autor

“Carod, quiero anotar en mi cartera
La gracia de tu rama verdecida.”

Cuando la burguesía provinciana catalana decidió convertir el territorio del que se consideraban dueños en un gimnasio étnico obligando a todos a unos ejercicios de los que ellos, por supuesto, estaban exentos, se les pasó por alto un pequeño detalle: la extraordinaria capacidad mimética del españolito. Le menospreciaron. Ignoraron que estaban viéndoselas con un suarcenager de puro músculo mimético. Inmenso error.

Nunca imaginaron que uno de estos españolitos iba a asumir tan traumáticamente la catalanidad que hasta la iba a liderar. Pero es que ignoraban la característica más sobresaliente del Mortadelo español: que cuando cambia el tricornio por la barretina cambia también de cabeza. Así llegó el momento inevitable en que el manipulado dirigió su mirada sobre quienes le habían manipulado, para exigirles el mismo modelo de pureza que a él le habían exigido. El monito le había arrebatado el látigo al domador y era él ahora el que les mostraba el aro.

A Pujol le han robado la cartera en sus narices con las técnicas que él mismo había perfeccionado. Se le ve inquieto, anonadado. No sabe lo que está ocurriendo. Está K.O. Igual hasta tienen que recuperar el discurso de la ciudadanía y de la democracia para recuperar el poder. Esa afición del españolito al ridículo jugará siempre en contra de la intención última de cualquier etnicista: mandar ellos. Los catalanes tienen todas las de perder. El españolito ganará siempre, es imbatible, un magnífico acróbata capaz de realizar, sin pestañear, las conversiones étnicas más inverosímiles.

Los de CIU se equivocaron, el estereotipo catalán es más fácil de cumplir que el vasco. Tenían que haber sido más racistas para acomplejar más y evitar que los clonados se les subieran a la chepa. Tenían que haber complicado la lengua catalana en vez de empeñarse en popularizarla. Tenían que haberse protegido las espaldas, haber mantenido siempre algún reducto en el que refugiarse en caso de peligro mimético. Tal y como han hecho los nacionalistas vascos con los apellidos o con el mismo euskera que por un lado lo han popularizado pero como a Atutxa ante la justicia, siempre les quedarán el vizcaino, los dialectos, el euskera “auténtico” para mantener la jerarquía y acomplejar a todos esos que sólo hablan euskera de euskaltegui, tal y como ellos dicen con desprecio. Euskera de piscifactoría. El suyo es del Cantábrico.

En el arte de jerarquizar la sociedad de acuerdo a criterios étnicos los catalanes son unos amateurs. El nacionalismo vasco lava más blanco. Aquí sí que hay know how. Tendrían que venir aquí a hacer un Master en Loyola. Pero ya es demasiado tarde.

El nacionalismo lleva en el éxito su fracaso y los clonadores de CIU están ahora en su propia trampa. Uno confiesa estar disfrutando viendo a esa burguesía paleta completamente desplazada ante el avance de los clones. No saben qué hacer. El hijo de un guardia civil aragonés criado en una casa cuartel abanderando el independentismo catalán. Que inmensa burla histórica. Es como si el Cid fuese un morito. ¿No es Carod la prueba más absoluta de que el etnicismo morirá de éxito?

El monito agita el aro ante un domador aturdido. Pujol mira hacía los lados, no comprende la gigantesca burla de la que está siendo objeto. El monito le dará unos latigazos en la grupa, y Pujol, prisionero de su propia inercia, pasará por el aro, víctima de un engaño que él había preparado para otros. Prisionero de la propia lógica de la mentira instrumental por él creada. La burguesía catalana va a tener el mismo final que la literatura nos enseña que tienen los vanidosos que manipulan el alma humana en provecho propio. Como Victor Frankenstein, o el creador de replicantes de Blade Runner, o el doctor Moureau y su isla de monstruos. Morirán a manos de sus propias criaturas.

Carod es un fraude, la personificación del españolísimo tocomocho en versión étnica. Aunque parezca lo contrario, Carod es el fin del nacionalismo catalán tal y como hasta ahora lo conocíamos. Lo que ahora está surgiendo tendría que tener, en rigor, otro nombre, porque es el fin de una época. La mentira ha dejado de ser un instrumento para convertirse en la verdad. Es el fin de una burguesía que hizo hacer el ridículo a todos y ahora les toca a ellos chapotear en los purines de la degradación. Como a los Krupp, los Thyssen y tantos otros. Los de CIU, por mucho que sonrían en el Congreso de los Diputados, están temblando. No iban a fabricar ellos toda esta gigantesca burla para que la disfruten otros.

Quiero alzar mi copa y brindar por el españolito - con sidra, por mucho que diga Rajoy - y rendirle honores, porque su vida no ha sido fácil, y teniéndolo todo en contra ha triunfado. Uno admira la voluntad, la tenacidad la perseverancia, aunque tan magníficas cualidades se apliquen a la ardua labor de despersonalizarse. Y yo, que siempre me burlo de él, hoy - y sólo hoy - me descubro ante el españolito. Hay respeto entre mis carcajadas. Es un triunfador, un superviviente nato. Se lo ha currado como nadie. Porque le han exigido ejercicios de despersonalización imposibles y los ha superado con nota. Su esfuerzo no puede quedar sin reconocimiento.

Mañana seguiré señalando sus podredumbres
Pero señor Carod, hoy, quiero anotar en mi bloguito
La ironía de su esforzado mimetismo.
La burla del bigotes al enano.

**(Sí, sí, sé que es una herejía tocar un verso tan increíble para darle un uso tan cutre. Rozar siquiera a Carod con Machado da urticaria. Pido perdón por ello. Hace bien poco estuve en Colliure y de una tumba desplacé la agresiva simbología pijoprogre, retiré la ikurriña que había colocado un sinvergüenza, y deposité la rama de un limonero. Era uno de esos días azules, con un sol de la infancia.)

Iñaki Sopalajo

Iñaki Sopalajo

Permalink 13.03.07 @ 11:29:27. Archivado en Sobre el autor

1 - La realidad es que de Juana Chaos sabe que el Estado Apañol es débil y por eso ha hecho el paripé. El tipo sólo estaba llevando un poco lejos la lógica de Arzallus: ¡Terroristas, a la cama sin cenar!

De Juana se ha comportado como ese españolísimo personaje que aparecía en su libro de cabecera. Un niño que hacía huelga de aire para conseguir sus caprichitos. Y cuando la autoridad es débil o tonta, el niño mimado siempre obtiene lo que quiere. Claro, que de Juana Chaos no es otra cosa que un apañol.

Algo en lo que todos estaremos de acuerdo.

Tenemos que agradecer que Goscinny clavase el espíritu ibérico en el que hoy es un libro de culto: Asterix en Hispania.

2 - Creo que ningún análisis racional puede acercarse siquiera a otro libro fundamental para entender lo que aquí ocurre, el considerado por los americanos como primer manual de lavado de cerebro, los Exercicios espirituales. (EXERCICIOS ESPIRITUALES PARA VENCER A SÍ MISMO Y ORDENAR SU VIDA, SIN DETERMINARSE POR AFFECCIÓN ALGUNA QUE DESORDENADA SEA.)

Está claro que De Juana Chaos, cuando mataba estaba de ejercicios espirituales, VENCIENDOSE A SI MISMO para poder encajar en La Vasquidad*, las nuevas reglas de salvación que los jesuitas han establecido. Con una biografía como la suya sólo una respuesta visceral como matar podría ganarle la pertenencia deseada al nuevo paraíso estético-grupal. El peso abrumador de su culpa es obvio. La visceralidad de sus acciones se debe a la imposibilidad de su aspiración. De Juana nunca será vasco. Siempre será el nieto de un militar y el hijo de un médico falangista, un De Juana y Chaos. Pobre.

¿Qué les ocurre a los hijos de guardias civiles, de falangistas, carlistas o militares? De Juana, Carod, Kubati, Arzallus, Diez Usabiaga… todos tienen un don especial para exagerar sus actuaciones a la hora de ganarse la vasquidad. De Juana a tenido que matar a 25 para compensar su propio pasado. ¿Complejo de Edipo étnico? ¿Matar 25 veces al padre para ganarse el calor de la Madre Patria?

Esto es y sigue siendo España, el País Vasco siempre el doble, conductismo parroquial, contrarreforma pura, técnicas religiosas de agrupamiento, trascendencia gracias a la ficción de un personaje colectivo… y cero análisis.

3 - Vasquidad: reglas establecidas por los nacionatas para trucar la identidad ciudadana, dinamitar la igualdad y perpetuar la sociedad estamental que tan bien controlan. Ver como algunos las interpretan no deja de ser tronchante. Mi caricatura favorita es Javier Clemente.
La carrera del españolito en pos de esa imposible zanahoria es la monda. Persiguen una vasquidad como Ahab perseguía a Moby. Con desesperación. Ya les ha quitado la pierna y media identidad y seguirán en su empeño hasta ser engullidos por esa masa amorfa y despersonalizada, un marmitako en el que todo son patatas. Ya ven, la idiotez, como la tragedia, trabaja con patrones irrevocables.

Una actitud proto-apañola. De Juana Sopalajo de Arrierez y Torrezno se merece el Olentzero Purpura con distintivo rojo al españolito más servil.

Un saludo

Matemática Étnica

Matemática Étnica

Permalink 23.01.07 @ 16:34:32. Archivado en Sobre el autor

Ya nació un nuevo cero
Que tendrá su devoción
(Antonio Machado)

El otro día me encontré con un amigo. Lleva unos 25 años viviendo en Canarias, iba con su hija Izaskun de 7 años que se dirigió a él llamándole Aita. Me pareció curioso comprobar que los vascos no se asimilan a la norma canaria, que no sé cual es, mientras que aquí, en el País Vasco, los españolitos sí que se asimilan a la norma olentzeril, corren a ponerse un Aita o un Garikoitz para ir a juego con el entorno, y lo hacen al minuto uno de llegar.

Así, que a partir de la observación de la pervivencia de ciertos usos sociales y demás rasgos étnicos he desarrollado un equivalente a las Leyes de Mendel, que en el futuro serán conocidas como las Leyes Grullo de los Usos Sociales y las he reducido a básicas fórmulas matemáticas, equivalentes a E= mc2, que espero me aúpen al lugar que merezco entre los matemáticos. O los payasos.

PRIMER SUPUESTO

Si un gallego se casa con una vasca tendrá hijos que le llamarán Aita. Así que las formas étnicas que sobrevivirán serán las vascas.

Es a todas luces evidente que la etnia vasca es superior a la gallega. Mucho reclamo de la diferencia pero cuando el gallego viene al País Vasco tarda unos tres segundos en cambiarse su nombre por un Txerra, otros tres en que su hijo le llame Aita y uno sólo en llamar a su chucho “Lagun”.

Por el contrario. si un vasco emigra a Galicia, como carece del tradicional complejo hispano, ni cambiará su nombre ni la forma en que sus hijos se dirigen a él, ni su perro sufrirá crisis de personalidad alguna pensando ¡quién coño es ese Lagun?

En la escala étnica, esto nos da una suma que todos sabemos.

Gallego + Vasca = vasquitos " class="middle"> Gallego = 0

Vasca > Gallego

Siguiendo con está lógica, insisto que derivada de la simple observación diaria, podemos simplificar que étnicamente los españoles nunca suman. Carecen de etnia. Lo que yo creía un chollo es para ellos un trauma. Así que según mi observación la suma anterior es extrapolable a andaluces, extremeños, castellanos, asturianos… vamos a ese colectivo que al que habitualmente muchos se refieren como “el resto de los españoles” Expresión denigrante donde las haya. El Resto = 0.

Establezcamos para simplificar algo con lo que todos, sobre todo los apañoles, estaremos de acuerdo:

Españoles = 0

En definitiva:

Español + Vasca = Aita, o sea, igual a vasquitos. " class="middle"> Español = 0

Vasco > español

Y ésta es la primera Ley Grullo de los Usos Sociales de la que surge una 1ª conclusión: La superioridad y mayor capacidad de supervivencia de los usos sociales vascos sobre los apañoles.

¿Qué pasa con los españolitos? ¿No tienen nada propio? ¿No hay nada por lo que sientan orgullo o con lo que se identifiquen emocionalmente? ¿Cuál es la etnia de los castellanos, extremeños, andaluces, manchegos…? Llevo tiempo preguntándolo y todavía nadie me ha contestado. En definitiva los usos sociales apañoles tienden ha desaparecer.

SEGUNDO SUPUESTO

Catalán + Vasca = mestizos vascocatalinos " class="middle"> Catalán = Vasco.

El vástago se dirigirá a sus padres llamando a uno aita y a la otra mama. De lo que deducimos la segunda Ley GUS: El mestizaje es posible entre vascos y catalanes porque en la escala étnica tienen un valor muy parecido. Pero, y ésta es la madre del cordero ¿por qué el mestizaje es imposible entre vascos y el resto de los españoles?

TERCER SUPUESTO

Vasco + Vasca = indiferente.

Gente que no tiene nada que demostrar, étnicamente indiferente. No sobreactúan. Pueden tranquilamente ser personas. Carecen de culpa y por ello no resultan manipulables. En serio, son capaces de decir España sin que les rechinen los dientes. Pueden defender los derechos humanos, la individualidad, la democracia… Ahí están Edurne Zarraoa Gabikagogeascoa y Endika Arana Idígoras para demostrarlo. E incluso si sus usos sociales están siendo manipulados para estructurar una secta, el vasco, sin dudarlo, renunciará a tales usos y adoptará los usos sociales perseguidos para subrayar el caracter rebelde que le caracteriza. (Algo que Aiene no termina de entender) Así que la 3ª Ley GUS (Grullo de los Usos Sociales) es que a los vascos nuestros propios usos sociales nos la pelan y que somos capaces de renunciar a ellos si está en juego la libertad. He dicho.

CUARTO SUPUESTO

Lo asombroso, lo que rompe todos los esquemas de esta ciencia hasta elevarla a la categoría de arte y el que nos da la clave de toda esta pamema étnica, es el último supuesto:

Gallego + Andaluza = Vasquitos!!! Sí, Aita será la forma predilecta por los asimilados apañoles que nada tienen de vascos pero que odian que se les note su procedencia.

Magia borrás. Etnia por generación espontánea.

Porque si 0 + 0 = vasquitos quiere decir que Vasquitos = 0

Sí, sí, esto existe. Lo veo todos los días, así que nadie me lo niegue. Y de aquí surge la 4ª y más importante conclusión de este brillantísimo trabajo: La etnia es cero, es algo artificial. Una artificiosidad posmoderna. Un cero que sobreactúa. Sí, sí, pero un cero exagerado no deja de ser un cero. Un cero inmenso es igual que uno pequeñito por muchos miles de devotos que tenga.

¿Lo ven? El problema no tiene solución porque no existe. Es cero. Huts.

¿Hay algo más español que conseguir que un problema que no existe no tenga solución? Pues sí, y ahora lo verán. Como el País Vasco es España a la dos, aquí hasta el absurdo se vive con solemnidad y hay gente que mata por un problema que no existe. Y esto, señores, es lo más español que existe: el absurdo fanático. La devoción al cero. ¿El tratamiento? Ni idea.

La matanza de Texas

La matanza de Texas

Permalink 01.01.07 @ 19:46:01. Archivado en Sobre el autor

Hay una afirmación que me parece obvia y en la que Zp tiene razón: los muertos que no se han producido en estos tres años son un mérito suyo.

No sé si a ustedes les ocurre, últimamente mientras veo los telediarios siempre me invade la misma sensación. He tardado un tiempo en localizarla y todavía no sé todavía cómo calificarla. Les explico, es exactamente la misma sensación que sufro cuando estoy viendo una película de ataques mutantes. El momento en el que uno de los buenos con una pistola en la mano se enfrenta al mutante que viene con 12 hachas, los ojos inyectados en sangre y la motosierra a tope. No hay ninguna duda de sus intenciones. Además, ya le has visto destripar a 40. El espectador lo sabe y el prota debería. Pero aún así, el imbécil del apañol - perdón es la costumbre - el imbécil del protagonista baja su arma e intenta hacerse amiguete y le sonríe para apaciguarle. Y entonces tú sabes, y la audiencia sabe, que han perdido. Porque la única posibilidad del pringado era arrearle primero. Invariablemente el zombie lo asierra de arriba abajo.

La escena me cabrea especialmente cuando el psicopata no se lleva al memo dialogador por delante sino a la persona que está con él. Y el pringado escapa, y en su siguiente enfrentamiento con el zombie demuestra no haber aprendido nada y actúa exactamente igual. Dubitativo, sin firmeza, queriendo apaciguar lo inapaciguable, la rana sonríe al escorpión con esa fe necia en la capacidad de seducción de su sonrisa. Y tú le gritas: ¡Pero imbécil, que te va a matar! Pero no, a él no le mata. Causa la muerte de otro de sus compañeros de reparto.

Una situación muy parecida ocurre cuando finalmente el prota se enfrenta con el monstruo archiasesino, tiene un golpe de suerte, le tiene a sus pies sin sentido, y en vez de coger el palo de golf y arrearle sin descanso hasta terminar con él, se escapa al sotano. Y todos sabemos que el monstruo se va a recuperar y le va a hacer pachipuchi. Pero aún así, con el monstruo tendido a sus píes el idiota se marcha sin arrearle ese definitivo golpe salvador.

En todas estas ocasiones, un impulso que no sé cómo llamar me recorre el cuerpo. Me muero de ganas de entrar en la pantalla y darle una colleja al imbécil. Claro que en el cine todo está diseñado de forma artificial para hacernos sufrir. Es ficción, y en el fondo lo sabemos. Y esto nos impide saltar y romper la pantalla. Bien, pues esto es exactamente lo que me ocurre cuando veo el telediario. La vergüenza de ver cómo un idiota pusilánime provoca la muerte de los demás es uno de los espectáculos que tanto en el cine como en la realidad más me soliviantan.

Hasta hace bien poco, hasta hoy mismo, estas pelis las consideraba “malas”, porque me parecía que hacían trampas, ya que todo el relato se basaba en un artificio: para la verosimilitud de la trama, para la existencia misma del relato era necesario que el protagonista fuese inepto hasta extremos poco creíbles. Pero voy a tener que revisar mis criterios. No, no son fantasías vacías. No son trucos de narrador para rellenar 90 minutos. En la vida muchas veces ocurre que el líder protagonista es peor que inepto. Y estas películas son perfectamente reales. Equivalentes neorrealistas de Apaña, eze Paiz lleno sonrientes ranitas y líderes letales para los demás.

Veo la foto de los dos desaparecidos. Os prometo que si algún día Olentzerator me derrota, me acercaré y le diré a la cara: “Enhorabuena, has ganado, antes de despersonalizarme, permite que te ayude. Déjame la motosierra un momentito para metérselo por donde tú ya sabes a ese que tiene los instrumentos del Estado para defendernos y no hace uso de ellos. Y voy a acelerar a tope mientras practico el movimiento del destornillador. A él, o al apañol acomplejado que tenga más a mano.”

No hay excusas. Todos, salvo los idiotas, sabemos que los etarras, como Terminator, están programados con una Misión, y no van a parar hasta que la cumplan.

En fin, que sí, que este aire sin muertes que nos ha regalado zp quizá fuese mérito suyo. Pero todas las muertes que vengan con una ETA descansada y renovada espero que Zp los reclame también como lo que son, un mérito propio. Yo no dudaré en atribuírselos.

Vienen tiempos ridículos, más si cabe, pero ya estamos acostumbrados. Feliz año.

*Me hubiese encantado estar equivocado. No me alegro de tener razón. ETA no había renunciado a nada y sólo los puchitos han querido ver lo que no había. Y seguirán porque nada persevera más que la estupidez.

El Circo Étnico

El Circo Étnico

Permalink 15.05.07 @ 14:20:36. Archivado en Sobre el autor

-¿Cómo están ustedes?

-No les escucho ¿Ha sido eso un rumor?

-A ver, otra vez. ¡¡¡¡Cómo están ustedes? Bien mucho mejor.

-Por favor, algún apañol voluntario. No, no se asusten, no se encojan en sus asientos como hacen todos los españolitos, Aprendan de los americanos que, cada vez que se piden voluntarios, decenas levantan la mano con ganas de participar, ser escogidos y disfrutar. ¿No? Ni por esas. Bueno, pues al azar. A veeeeeer… ¡ese señor bajito de la segunda fila! El padre de familia. Sí, sí, acérquese. No sea tímido. Sí, sí, usted, el del barbour con gomina. Síiiii, el de los náuticos y el Lacoste con la rojigualda bordeando los cuellos. Venga aquí.

-¿Cómo se llama usted?

-Juanjuan

-Encantado Juanjuan. Es usted del PP, claro.

-Del PP, nieto de militares, hijo de franquista y opusiano.

-Guaaaaaau. Lo tiene usted todo para triunfar. Adelante compañero, a la jaula.

-Vamos a meter al apañol en una jaula en la que hay 6 nacionalistas dispuestos a manipularle. Y en otras dos jaulas con otros 6 nacionalistas cada una vamos a hacer lo mismo con un vasco y un indígena de la amazonia o el último subsahariano de la patera. No se preocupen, pueden aplaudir, reír o llorar. Lo que quieran. Nosotros podemos escucharles y verles pero ellos a nosotros no.

-A ver cierren bien. Compruebe por favor. Gracias.

-¿Que por qué la probeta doblemente sellada? Porque la Gran Mutación es una enfermedad extremadamente contagiosa. Ustedes verán.

-Observen cómo según entra en la jaula el españolito escanea con sus sistema de navegación social el nuevo entorno en el que va a tener que integrarse. Detecta en el acto los donostis, los euscalerrías y los aitas de la conversación así como las vestimentas ideologizadas de sus nuevos amigos. Le encantan esas palmetadas que se dan en la espalda y ese clima de camaradería que exhiben y del que hasta alardean. El apañolito no puede resistirse, desea con todo su ser formar parte de ese Nosotros tan magnífico que acaba de descubrir. Entiendan que esta exhibición de campechanía es un simple cebo que el españolito corre a morder. Observen cómo se desengomina el pelo y se lo revuelve, se quita el barbour, se saca los faldones de la camisa, cambia los náuticos por unos pisamierdas y le pone al GTI el solcete con el nuklearik ez. Porque el españolito es incapaz de defenderse de los sentimientos de afinidad que le están reclamando. Bien, en pocos segundos nuestro apañol ha abandonado ese aspecto de cazador de cortijo franquista hasta conseguir parecer un borono.

-Observen cómo cede. Observen cómo dice Donosti. Como alistándose. Impresionante. ¿Han escuchado ustedes ese Donosti jatorril? Señores, asombroso. ¡Lo que acabamos de ver! No pueden ustedes imaginar de lo que han sido testigos. No hay palabras. El españolito ha superado al rebaño de patos en gregarismo y según el Mimeticron la raya de la despersonalización ha llegado al nivel de la anchoa. ¡Que Donosti ha dicho, buenísimo! Disfruten del servilismo que exhala, de la pureza de su mediocridad. No lo nieguen. Esto se merece un aplauso.

-Espectacular el españolito, un superman del mimetismo.

-Vamos a darle una sardinilla a nuestro Flipper por este Donosti extraordinario con el que nos ha obsequiado, una sardinilla en forma de sonrisitas, palmadas generalizadas y demás muestras de amistad. Para que así se crea incluido en ese Nosotros que le derrite. Porque así convenientemente estimulado verán ustedes cómo el apañol va a ser capaz de realizar las cabriolas étnicas más divertidas.

-Los perritos de Pavlov son personajes tridimensionales comparados con estos españolitos de instintos miméticos. Y ahora cada vez que diga Donosti, Aita, Garikoitz, Amnistia, Aznar es un Hp, vamos a repetir nuestros estímulos para que nuestro Juanjuan sepa por dónde queremos que vaya. Más sardinillas, que nuestro apañol lo está haciendo todo estupendamente. Los premios son eficacísimas técnicas de captación. Ahora, como quien no quiere la cosa, vamos a premiarle con una ingesta de chistorra y txakolí de Bakio. Para que asocie estos delicadísimos manjares con las frases que salen de su boca hasta crearle el reflejo condicionado. Cada vez que vea una chistorra, él recordara en el acto el Euskal Presoak, Euskal Herrira. Y cada vez que alguien diga las palabras mágicas Gora Euskadi Takatuta a nuestro flipper le entrará hambre y una agradable sensación de cobijo y camaradería. Así, a través de la interacción social le lavamos el cerebro hasta convertirlo en un esclavo satisfecho. Los hay a patadas. En serio, el experimento no tiene mayor mérito. Lavar el cerebro a un apañol es sencillo. Lo trae ya blanco inmaculado.

-Vean cómo sonríe Juanjuan, cómo reacciona a nuestros estímulos artificialmente provocados. En estos momentos el apañol es capaz de realizar piruetas imposibles. Puede hacer el pino con su nombre y cambiarlo por un Jon Kepa Garikoitz. Que gracejo, que facilidad. ¡Que arte! Se amputa la memoria y se inventa una nueva. Y hasta cambia de ideología, o de esas frases piloto que siempre ha utilizado como si fueran un pin.

-Un aplauso. (…..) Gracias, muchas gracias.

-Observen en la otra jaula como ante el mismo dilema el vasco se repliega instintivamente en cuanto detecta cualquier tipo de unanimidad artificial. Observen como desconfía, como sabe, aún sin concretarlo en palabras, sin ser plenamente consciente de ello, tras siglos de practicar el mismo comportamiento, que ahí hay algo chungo. Observen que en cuanto se le intenta alistar a través de la afinidad, el vasco, cabezota, no se deja.

-Observen cómo defiende su individualidad a capa y espada, tozudamente tenso contra toda autoridad, cómo se pone en guardia en cuanto detecta uniformidad. Observen como instintivamente hace todo lo posible por defenderse de los sentimientos de afinidad instantánea que sabe bien, le están exigiendo que experimente. Y se rebela sin aspavientos, discretamente, casi con timidez. Observen que no se deja intimidar por las pautas de socialización que el grupo tiene establecidas. Se aleja del grupo y se sienta en la esquina, capaz de desarrollar un comportamiento social suicida en la defensa de un yo sagrado y puro. Con ustedes un vasco. Un ser humano. Un imbécil sin ninguna posibilidad de supervivencia.

-¡Que vergüenza! Abuchéenle, por favor.

-Y ahora vamos a meter un nuevo español en la jaula del apañol. Observen cómo el español Juanjuan detecta en el acto la debilidad del nuevo que es la suya propia. Observen cómo le insulta. ¿Qué le ha dicho? ¡Españolazo, le ha llamado españolazo! Porque el español en su extraordinario don para el mimetismo ha detectado en el acto la palabra que era capaz de gregarizarle con los otros. Y es capaz de negarse a sí mismo con tal de integrarse con el resto.

-Y si el españolito, con esa capacidad para detectar el odio y utilizarlo en beneficio propio para gregarizar y que le acepten, tuviese que matar, lo haría. ¿Que no se lo creen? ¿No recuerdan un caso típico de absurdo fanático, un momento cumbre del llamado, no sé por qué, Conflicto Vasco en el que dos españolitos se echaban en cara el uno al otro no ser lo suficientemente vascos, y uno, Jose Antonio Pérez Ruiz terminó asesinando a la otra, un tal María Dolores Gonzalez? ¡Estos españolitos!

-Porque estos experimentos que hacemos para que ustedes rían entrañan sus peligros, y más cuando estamos jugando con españolitos. Hay muchos que son capaces de vender su alma mucho más de lo que les exigimos, y quiere destacar más allá de los límites que el propio domador de autómatas considera necesario. Pero para eso estoy yo aquí con mi látigo. No crean que mi oficio no tiene mérito. Entiendan que es difícil contener las ansias de pertenencia de un españolito. Por pertenecer es capaz de cualquier cosa. Una vez jugando con un skinete se me desmadro y me terminó machacando la cabeza a un moro para ser más amigo de sus coleguis. Es siempre el más débil, el que tiene problemas de integración, el que sobreactua. Y el españolito acomplejado es siempre el más manipulable. Pero en fin, eso es otra historia, sigamos con el circo que es más diver.

-En la tercera jaula, a la que no hemos hecho mucho caso, pueden observar cómo el indio sudamericano de lo más profundo de la amazonia, o el último subsahariano de la patera tampoco se dejan manipular. Están ahí ajenos a todo, con una expresión entre orgullosa e indiferente. Observen que el indio llama a su hijo Nuberoja y no Garikoitz. Y para qué esta tercera jaula se preguntarán. Muy sencillo, para demostrar que no es la pobreza la que provoca el servilismo, que el emigrante español no es mimético por su pobreza sino por causas mucho más profundas y misteriosas. El emigrante español también podría ser un empresario multimillonario, da igual. Será igual de mimético. Ahí tienen a Ignacio Sanchez Galán, un salmantino de pura cepa presidente de Iberdrola para confirmarlo.

Es sorprendente lo que ocurre cuando sometemos a un españolito a 5 minutos de convivencia en un entorno de usos sociales nacionalistas. Salga usted, por favor, porque esto está poniendo peligroso. Fíjense ustedes como el españolito ha tardado 3 segundos en decir “Donosti”, 1 minuto en “A mayor autogobierno mayor bienestar” y unos 30 segundos más en berrear “Amnistía Osoa”. Y todo ello lo ha realizado de una forma irreflexiva apelando únicamente a su desarrolladísimo instinto mimético. Bueno, ya puede salir usted. Vamos a sacarlo ya que si no se nos mete en ETA para demostrar lo vasquísimo que es y ganarse la pertenencia. Ay, esas palmaditas sin las que ya no puede vivir. Droga dura.

-Que salga, por favor. Que no quiero usar el látigo.

Zas, zas….

-Torturador, joputa, fascista.

-Entiendan que esto no son “malostratos”, unos segundos más y empieza con el Gora ETA Militarra y a pegar tiros. Hay que tener mucho cuidado cuando estamos jugando con españolitos. Su capacidad para el mimetismo es tan asombrosa que puede resultar peligrosa hasta para los que han creado el programa. Miren si no lo que está ocurriendo en Cataluña con un tal Perez Rivera. Le quiere quitar el látigo al domador. O con un tal De Juana Chaos que para ganarse una vasquidad imposible se cargó a 25, que se sepa.

-Cierre usted la jaula, por favor, para que no se vuelva a meter.

-Con ustedes el apañol, señores, un ser espectacular. Un aplauso.

-Anda, vaya. Ahí viene su hija.

-Papa, papá.
-No hija, no. A partir de ahora Aita. Y ahora mismo al Barnategi.

-¡Cómo ha dicho Aita! ¿Han escuchado, señores? Esto ya no es mimetismo, ni ganas de pertenencia, no. Esto es otra cosa. Esto es puro vicio, mimetismo degenerado. Etnicismo sadomaso. Un cerdo retozando entre purines.

-Sí, sí, nos confirman desde control que el españolito ha demostrado tener menos personalidad que una sardina, y que el Mimetikron ha saltado. Ha superado los valores de la escala hasta ahora conocida. La antigua marca la tenía un Lemming. Hemos asistido a un hecho histórico, un record Guinnes de adocenamiento (1).

-¡La ola! Esto se merece la ola.

-Es usted extraordinario, el papel es suyo.

-kerrikasco.

Tiene usted un puesto de trabajo en la administración del Circo Étnico. Un nuevo funcionario. Al domado anterior, un tal José María Montero tras demostrar su docilidad y servilismo lo pusimos al frente de la institución del fundador del circo. Bienvenido a Euskal Herria. Ya puede pasar a por su carnet de Olentzero. Con las condiciones que ha demostrado le espera un brillante porvenir.

-Sí, a mí padre le obligaron a combatir con Franco, luego le hicieron alcalde y se forró, pero porque le obligaron. Además, yo siempre me he sentido vasco y sólo vasco. Hasta tocaba el txistu en la intimidad.

-Por supuesto, no teníamos ninguna duda. (Observen como el domador mismo pluraliza el verbo en 1ª persona plural, porque él tampoco está exento de los peligros de la soledad y el gregarismo y hace guiños al público con un nosotros cómplice. ¡Ay, no tenemos remedio!)

El apañol marcha, observen que hasta su caminar ha cambiado, arrastra los pies y abre las piernas tal y como él cree que hacen los aldeanos, se rasca los huevos haciéndose el tosco, escupe y se pone una pajita en la boca para comportarse de acuerdo a los nuevos patrones que a partir de ahora va a considerar como “normales”. Nada más auténtico que una falsificación.

-Y ahora dejemos salir al vasco.

Su hija corre a saludarle.

-Aita, aita.

-Observen como el vasco ante una situación de uniformidad que a él le chirría opta por una resistencia sin aspavientos, sin alharacas pero rotunda, constante, fiel a su carácter tímido y discreto. Observen como sin palabras apenas le hace bajar la voz a su hija cuando este le llama Aita y le dice: “A partir de ahora “Papá”. Porque el vasco sabe que su ser es la libertad, y no las formas ni los usos sociales con los que manipulan a los idiotas.

-El vasco huye allí donde encuentra lo que es el caldo de cultivo de los españolitos, su liquido amniótico, el gregarismo.

-Y el indígena de la amazonia sale también con gesto indiferente, con ese gesto de orgullo sin rencor que tienen los indios sudamericanos, indiferente al intento de manipulación al que se la ha sometido. El sabe perfectamente quién es. Pertenece a una etnia milenaria y estas payasadas nihilistas de occidentales desetniados le dan risa.

-Bueno, al fin han salido los tres.

-Un aplauso al orgulloso españolito que lo ha hecho todo perfectamente. Cómo sonríe, sabedor de su triunfo en este campeonato de aceptación. Y abucheemos al vasco por imbécil, porque con esas cualidades su supervivencia es imposible. Un humanismo a desaparecer.

-Tras años de observación dedicado a la vivisección de autómatas he llegado a la conclusión de que el apañol es un portento de la naturaleza. Porque a diferencia del camaleón no son las células superficiales de la epidermis las que tienen el don de la mutación, sino sus propias neuronas. Mimetiza no su piel sino sus sesos. No cambia de apariencia, el españolito cambia de naturaleza.

-Observen su sonrisa satisfecha. Lo repito, señores, es espectacular el resultado de someter a un español a 5 minutos de socialización en un entorno de usos sociales nacionalistas. Si alguien no se cree que modificando el entorno se modifica la cabeza de un apañol que venga al Circo Etnico más grande de Europa, esta inmensa jaula en la que se realizan los más divertidos experimentos y que, por ahora, llaman Euscalerria. Hasta que se les ocurra otra nueva palabra. Yo propongo Ringlind.

-La verdad es que las capacidades miméticas de los españolitos son tan graciosas. Se preguntarán que por qué utilizamos apañoles. Entiéndan ustedes, nos hemos quedado sin payasos.

-¡Maestro, música de charanga!

Tu tu tu Tu tu tu tuturuta tuturuta
Tu tu tu Tu tu tu tuturuta tuturuta....

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